Dia 37: Dios esta en la linea
Contesta el llamado
El ADN del Discipulado: Avanzando en la Misión
Después oí la voz del Señor, que decía:
Isaías 6:8
—¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?
Entonces respondí yo:
—Heme aquí, envíame a mí.
La cosecha de cultivos es buena porque alimenta personas. Este tipo de trabajo puede ser agotador pero tiene una gran recompensa. Jesús dijo que cuando oráramos por obreros para la cosecha le pidiéramos a Dios “arrojarlos” a la cosecha. En el idioma Griego, este es el mismo verbo usado para echar fuera demonios. Es violento y desordenado. Es abrupto y repentino. No es algo a lo cual cedemos fácilmente. Somos lanzados a la cosecha. No podemos elegir la parte menos profunda. Al contrario, generalmente terminamos en la parte más profunda. Esto es algo que no necesariamente podemos controlar ni dirigir. Simplemente pasa. Así que mantén los ojos abiertos. Puede que seas enviada o enviado a una nueva situación donde dejas de ser un consumidor de la verdad religiosa y empiezas a depender desesperadamente de Dios, lejos de tu zona de comodidad. Orar por obreros para la cosecha es una oración arriesgada porque a través de ella el Señor nos invita a decir como Isaías: “Heme aquí, envíame a mí.”
Para reflexionar:
- ¿Por qué Jesús usó una expresión relacionada a la agricultura para hablar de algo tan importante?
- ¿Qué palabras habría usado Isaías?
Haz que la vida valga:
- Haz una caminata por un lugar donde se pueda ver el horizonte, o ve a un lugar con muchas personas o mucho tránsito. Imagina a Dios pidiéndote “¿Quién irá por nosotros?’ Dile tu respuesta.
Hambriento de más?
- ¿Qué necesitarías para que sucediera? Entonces podrías decir ‘Aquí estoy, envíame’. (O puede que ya le hayas dicho eso a Dios).
Mandarnos a la cosecha Señor….